domingo, 12 de septiembre de 2010




Martin Luther King

1929-1968. Religioso estadounidense, premio Nobel de la Paz, uno de los principales líderes del movimiento para la defensa de los derechos fundamentales e importante valedor de la resistencia no violenta ante la discriminación racial.

Fe, amor y poder

Martin Luther King en 1964.
Debido a su vocación de pastor, Luther King situó a la Biblia en el corazón de su mensaje, considerando que la humanidad había estado desde hacía mucho tiempo "en la montaña de la violencia" y que debía ir hacia "la tierra prometida de justicia y de fraternidad". Para él, este objetivo era una misión divina en tanto que "no debía satisfacerse nunca con objetivos inacabados, […] sino que había que mantener siempre una especie de descontento divino".94
Esta voluntad divina y este mensaje de amor transmitido por el Evangelio implicaba, según él, una voluntad inquebrantable frente a la adversidad, "un espíritu duro y un corazón tierno",95 como enseñó directamente Jesús a sus discípulos:95
Jésus reconoció la necesidad de confundir a los contrarios. Sabía que sus discípulos deberían enfrentarse a un mundo difícil y hostil, donde habrían de enfrentarse a los políticos recalcitrantes y a la intransigencia de los protectores del antiguo orden […] Y les dio una fórmula de acción, “sed tan sabios como las serpientes y tan inofensivos como las palomas”.
El amor no es, entonces, para Luther King solamente un fin, sino también un medio de llegar a la paz y la justicia mundiales; así, refuta el concepto del amor como algo débil que algunos filósofos como Nietzsche acuñaron:96
Esta llamada para que una comunidad mundial lleve los problemas de vecindad más allá del ámbito tribal, de la raza, de la clase y de la nación, es en realidad una llamada a un amor universal e incondicional de la humanidad entera. Este concepto frecuentemente incomprendido, frecuentemente mal interpretado, tan rápidamente eludido por los Nietzsches del mundo como una fuerza débil y cobarde, se ha convertido ahora en una necesidad absoluta para la supervivencia del ser humano. Cuando hablo de amor, yo no hablo de un especie de respuesta sentimental y débil. No hablo de una fuerza que solo es un sinsentido sentimental. Yo hablo de una fuerza que todas las grandes religiones del mundo han visto como el principio unificante supremo de la vida. El amor es la llave que abre la puerta que lleva a la realidad última.
Martin Luther King consideraba que el poder en este contexto no era algo malo en sí en cuanto era comprendido y utilizado correctamente, es decir, cuando no era considerado como el exacto opuesto del amor. En su opinión, la perversa interpretación según la cual el amor es el abandono del poder y el poder una denegación de amor, es la razón por la que Nietzsche rechazó el concepto cristiano de amor y los teólogos cristianos el concepto nietzscheano de la voluntad de poder.
El poder sin amor es peligroso y abusivo, el amor sin poder es sentimental y anémico. El mejor poder es el amor que implica la petición de justicia, y la mejor justicia es el poder que corrige todo lo que pone obstáculos al amor.97
Una lucha por el poder sin amor o conciencia está entonces condenada al fracaso, ya sea por blancos o negros. Para él, "es esta colisión entre un poder inmoral y una moralidad impotente la que constituye la mayor crisis de nuestro tiempo".98
Aunque hombre de fe, Luther King apostaba por el laicismo y aprobó una decisión de la Corte suprema de prohibir la oración en las escuelas públicas. Comentó que "eso no pretendía poner fuera de la ley la oración o la creencia en Dios. En una sociedad plural como la nuestra, ¿quién debe determinar qué oración debe ser dicha y por quién? Legalmente, constitucionalmente o de otra manera, el Estado no tiene ciertamente ese derecho".99

No hay comentarios: